¿De dónde vienen los paneles solares?
El Sol es vida. Y hasta los cavernícolas usaban al Sol como fuente de procesos positivos para vivir mejor. Pero esa obviedad se volvió más compleja cuando el conocimiento científico hizo del Sol más que un momento del día para calentar las espaldas de nuestros antepasados.
La historia de la humanidad sobre la Tierra también gira alrededor del Sol, pero no fue hasta que Alessandro Volta, un físico italiano, estudió la electricidad y descubrió la pila eléctrica en 1849 que entendemos el ¡hágase la luz!
Incluso considerando que ya Arquímedes quemaba las naves romanas que asediaban a Siracusa en el año 212 a.C., concentrando los rayos solares con reflectores, o que en 1615, Solomon de Caux desarrolló una de las primeras máquinas activadas con energía solar que, mediante la expansión de aire con el calor proveniente del Sol, es capaz de bombear agua.
Pero, ¿en qué momento aparecieron los paneles solares?
La historia de los paneles solares comenzó con las investigaciones de diferentes científicos que se enfocaban en transformar la energía luminosa —luz— en energía eléctrica, conocido como efecto fotovoltaico. En 1893, el físico francés Edmond Becquerel obtuvo tensión eléctrica tras realizar un proceso de irradiación con luz de un electrodo de plata en un electrolito.
Aunque la magia llegó después, con el inventor estadounidense Charles Fritts, quien diseñó y fabricó el primer antecedente de los paneles solares. Este consistía en una celda funcional que transformaba la luz en electricidad. Pero el invento era muy débil y no podía no dar energía a una bombilla por mucho tiempo.
Medio siglo después de arduos trabajos por parte de científicos y físicos, fue posible la creación de dispositivos funcionales que aprovechaban la energía solar. Ésta se captaba y acumulaba por tubos y placas colectoras fabricadas con óxido cuproso y selenio.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1954 Chapin, Pearson y Prince, investigadores de Estados Unidos, lograron desarrollar una celda fotovoltaica con silicio. Esta celda tenía una gran capacidad para captar energía solar y transformarla en electricidad, esto permitió a la industria energética creer posible suministrar energía eléctrica a hogares e inmuebles al aprovechar la energía del sol por medio de estos elementos.
¡Eléctrico ochentero!
En los años ochenta, la tecnología solar había avanzado lo suficiente como para ser utilizada cotidianamente como una forma auxiliar de alimentación de energía eléctrica. Muchos dispositivos digitales de poca potencia ya contaban con un sistema auxiliar de alimentación de celdas fotovoltaicas. ¿Te acuerdas de tu calculadora solar?
En la década de los 90, naciones desarrolladas como Japón y Alemania diseñaron, perfeccionaron y fabricaron las celdas solares que conocemos actualmente. Incluso en esos años ya se podía tener proveer a una casa completa de energía solar con celdas.
México y el Sol (no Luis Miguel).
México es uno de los países latinoamericanos en los que el uso de energía solar ha tenido mayor crecimiento. Diferentes compañías, empresas y hogares cuentan ya con este tipo de tecnología como sistema principal de abastecimiento eléctrico. Algunas compañías constructoras diseñan y desarrollan proyectos de vivienda con una base sustentable que cuentan con esta tecnología en su estructura.
En un futuro, muy probablemente los paneles solares serán la única opción de fuente eléctrica que deba usarse.